
Si estás buscando una nutrición natural que alimente tu piel, especialmente durante el invierno y esos meses de piel seca y agrietada, entonces necesitas leer sobre estos 5 increíbles beneficios del aceite de semilla de cáñamo...
1. Reduce la sequedad y la oleosidad
Una de las ventajas importantes de usar aceite de semilla de cáñamo para la piel es que puede hacer dos cosas simultáneamente: hidratar la piel y equilibrar la oleosidad sin obstruir los poros.
Una crema hidratante es importante si tienes la piel seca. Esto evita que se descame, que le pique y que sea propensa a inflamarse e incluso a infecciones.
Por otro lado, el exceso de grasa en la piel puede aumentar las probabilidades de desarrollar acné. También puede hacer que los poros se vean más grandes. Muchos productos para el cuidado de la piel pueden tratar cualquiera de estos dos problemas, pero no es común encontrar aquellos que funcionen tanto para piel seca como grasa.
Algunas cremas hidratantes pueden contener altas cantidades de emolientes, lo que añade más grasa a la piel. No es ideal si tu piel ya luce brillante. Un extracto de semilla de cáñamo puede lograr ambas cosas sin obstruir los poros, incluso siendo un aceite. Esto también lo hace excelente para personas con piel mixta.
2. Funciona con diferentes tipos de piel.
Si te preguntas por qué un producto funciona para una persona y no para ti, es porque cada persona tiene un tipo de piel diferente.
Tomemos, por ejemplo, la piel mixta. Una persona con este tipo puede tener la piel grasa en la zona T, o la parte central del rostro (y la frente), y seca en el resto.
También es posible tener una combinación de piel normal y seca. Algunas personas pueden tener la piel normal pero sensible, lo que significa que puede reaccionar a ciertos ingredientes de los productos.
A medida que envejece, la calidad de su piel también cambia. Es posible que su piel se vuelva más propensa a resecarse a medida que aparecen las arrugas. Uno de los beneficios del aceite de semilla de cáñamo para la piel es que suele funcionar en todo tipo de piel. Puede ser su aliado para la piel durante muchos años.
3. Disminuye la inflamación de la piel.
Es normal que la piel presente enrojecimiento, picazón y otros signos de inflamación de vez en cuando. De hecho, la inflamación es una respuesta natural del cuerpo.
Se convierte en un problema cuando se vuelve crónica. Algunas de las afecciones inflamatorias comunes de la piel incluyen las siguientes:
- Acné, que provoca el crecimiento de quistes, puntos negros y puntos blancos.
- Psoriasis, una afección de la piel que se caracteriza por la aparición de escamas rojas, irregulares y escamosas.
- Eczema o dermatitis atópica, que es piel enrojecida y con picazón.
- Liquen plano, una afección de la piel que se caracteriza por erupciones.
Un estudio de 2014 publicado en Pharmacognosy Review reveló que el aceite de semilla de cáñamo puede ayudar a reducir estos tipos de inflamación . Posteriormente, puede prevenir posibles infecciones.
Sus propiedades antiinflamatorias pueden derivar de sus ácidos grasos, omega 3 y omega 6, así como de sus antioxidantes.
4. Combate el envejecimiento
El aceite de semilla de cáñamo para la piel contiene vitamina F, cuya letra significa «ácido graso». Para ser más específicos, algunos lo llaman ácido linoleico.
El ácido linoleico es un ácido graso esencial, lo que significa que el cuerpo no lo produce. Debe obtenerse de fuentes externas.
Sin embargo, el beneficio para la piel es vital. Puede fortalecer la barrera de la capa más externa de la piel. Gracias a ello, la piel puede retener gran parte de su agua, manteniéndola flexible, suave y saludable. También previene las amenazas y agresores que pueden provocar el envejecimiento prematuro.
5. Aumenta la oxigenación de la piel.
El aceite de semilla de cáñamo también puede ayudar a mejorar la piel desde el interior, gracias a su contenido de vitamina E. Esta vitamina puede aumentar la producción de glóbulos rojos, que transportan oxígeno a diferentes partes del cuerpo.
También puede mejorar la dilatación de los vasos sanguíneos. Esto permite que la sangre fluya correctamente y llegue a su destino con mayor eficacia. De esta manera, la piel se mantiene sana gracias al eficiente transporte de nutrientes y oxígeno por la sangre.
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